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Todos los personajes son conscientes de sus limitaciones y de sus recursos. A niveles bajos, esas limitaciones son más patentes, así que Teran, sabiendo que su arsenal de conjuros es bastante limitado (terriblemente limitado), hizo lo que cualquier otro hubiera hecho en su lugar: se agachó, cogió una piedra, apuntó y lanzó. Anécdota real: sacó sendos críticos en sus dos primeras tiradas y el Master le otorgó la pericia en combate “Tirar piedra”
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