Cuando uno se enfrenta a la tarea de recabar información e infiltrarse en territorio enemigo, nada mejor que ir bien preparado. Y algo esencial para tales menesteres es llevar una indumentaria adecuada para el lugar, un atuendo con el que la gente no mire dos veces, que se funda con el entorno. Y si vamos a una ciudad, ¿qué mejor que trajes urbanitas que nada tengan que ver con la vida aventurera? El que Escamaverde fuera una ciudad mayoritariamente pesquera y de clase baja no fue ningún impedimento para lucir galas.
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