Jack sigue con sus propias maquinaciones y oscuros tratos con el regente mientras los planes de nuestros héroes se ponen en marcha. Los papeles que pudieran descubrir las mentiras del gobierno de Escamaverde están protegidos, y no hay ladrón lo suficientemente habilidoso para hacerse con ellos. Desgraciadamente para Jack, y como todo el mundo sabe, los kenders no son ladrones: no premeditan, no allanan, no abren cosas que no se puedan abrir…
Leer el Webcomic desde el principio